Durante los últimos años se ha hablado mucho sobre la adicción a internet y a las nuevas tecnologías. No podemos negar que hay un creciente abuso de los nuevos medios de comunicación e información y hemos escuchado por ejemplo, de personas que han muerto después de pasar más de 24 horas frente a una pantalla. Sin embargo, el término no se puede utilizar formalmente ya que ninguna asociación de Medicina o Psiquiatría ha clasificado al uso compulsivo de la red como un trastorno. Todo apunta a que en mayo próximo esto cambiará y será incluida en la lista de padecimientos, en la nueva edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V), que publica la Asociación Americana de Psiquiatría y que utilizan como referencia médicos de todo el mundo.
De acuerdo a una editorial en American Journal of Psychiatry, existen ciertos síntomas que demuestran que una persona es adicta a internet:
Abuso.
Uso excesivo generalmente asociado a una pérdida de la noción del tiempo.
Síndrome de abstinencia.
Caracterizado por sentimientos de enojo, tensión y/o depresión cuando no tienen a la mano algún dispositivo con conexión a la red.
Tolerancia.
Incluyendo la necesidad de adquirir mejores equipos, software y aumentar el tiempo de uso.
Consecuencias negativas.
Mentiras, discusiones, bajo rendimiento, fatiga y aislamiento social, consecuencia del uso de las nuevas tecnologías.
Las investigaciones para respaldar la clasificación de la dependencia a la internet como una enfermedad, señalan que las modificaciones no se dan solo a nivel conducta. Se ha descubierto que hay cambios insulso a nivel fisiológico. Un estudio concluyó que las personas con adicción a las nuevas tecnologías muestran cambios en el funcionamiento del cerebro a nivel de conexión entre las células y en las áreas responsables de la atención, el autocontrol y el proceso de las emociones. Muchos de estos cambios pueden observarse también en los cerebros de aquellos que son adictos a la cocaína, la heroína, la ketamina y otras sustancias.
Determinar cuándo se convierte en un problema puede ser difícil ya que son muchos los que argumentan que ese uso excesivo les ha permitido ser más productivos. Además, en mayor o menor medida, la internet ya se ha vuelto indispensable en la vida de casi todos. Surge entonces la pregunta ¿cómo tratar esta dependencia?
La terapia cognitivo-conductual ha mostrado eficacia al tratar algunos casos de dependencia a la internet. Este tipo de terapia enseña a las personas a reemplazar los pensamientos obsesivos y las conductas compulsivas por nuevos patrones más productivos y sanos. Si sospechas que tienes un problema de este tipo, busca ayuda profesional de inmediato.