Seguro que recuerdas que, cuando contaba con 61 años, Paul McCartney tuvo una hija a la que llamó Beatrice. A los 66, Clint Eastwood concibió a su hija Morgan. También se hizo famosa la historia del papá de Julio Iglesias quien volvió a experimentar la paternidad a los 87 años. Estos y otros muchos ejemplos plantean una duda, ¿la fertilidad masculina no tiene límite de edad?
Si bien es cierto que la producción de esperma generalmente continúa hasta la muerte del varón, los hombres también cuentan con relojes biológicos. Las investigaciones sobre la fertilidad y la edad se han centrado casi siempre en las mujeres, diversos estudios han demostrado que el paso del tiempo también les afecta a ellos. Un estudio publicado en American Journal of Obstetrics and Gynecology concluyó que cada año que pasa, disminuye en 11% la probabilidad de que un hombre pueda procrear. Se ha demostrado una y otra vez que el volumen y la calidad del esperma disminuyen a medida que el varón envejece.
Además de bajar las posibilidades de poder engendrar un hijo, los últimos experimentos han demostrado que la edad influye en la salud del niño. Desórdenes como la esquizofrenia y el autismo, están influenciados por la edad del padre. Una investigación islandesa encontró una correlación directa entre la edad de los padres y el número de mutaciones y alteraciones de ADN de sus hijos.
Lo anterior no debe alarmar. Lo cierto es que desde mediados del siglo pasado ha venido aumentando la edad promedio de los padres y aunque sube el riesgo, son excepciones. Es importante saberlo solo para dejar de pensar que la única determinante es la edad de la madre (la relación entre los años de una mujer al concebir y las posibilidades de tener un hijo con Síndrome de Down ha contribuido a la popularización de esta creencia) y que los hombres pueden estar en plan semental por siempre.