Hoy toca el turno de hablar de las 5 cuestiones que jamás debes hacer a una mujer. Si formulas alguna de las siguientes, es bajo tu propia responsabilidad:

¿Estás en tus días?

Las hormonas no son responsables de todos los cambios de humor que experimenta una mujer. Si está molesta por algo, esta pregunta, aunque esté a mitad de su periodo, la hará enojarse aún más.

¿Ya estás lista? 

Si pasó horas arreglándose para la cena de esta noche y tú no lo notas. Peor aún, si te atreves a cuestionar si es así como va a salir, darás un latigazo a su vanidad que probablemente se traduzca en una cara larga el resto de la velada.

¿Con cuántos te has acostado?

Sea uno o sean cien, el pasado sexual de una mujer es algo que le pertenece solo a ella. Además, lo más probable es que nunca te responda con la verdad porque sabe que su récord puede hacer que la catalogues como una puritana o como una cualquiera y no querrá caer en alguna de esas categorías.

¿Estás embarazada? 

Si una mujer parece estar embarazada, lo más probable es que lo esté aunque tal vez no ha decidido compartir la noticia aún. Si no lo está y le preguntas, puede ser una pregunta hiriente. Lo ideal es esperar a que ella aclare tus sospechas, o quedarte con la duda.

¿Cuánto pesas?

La única persona que tiene derecho a preguntarle eso, es su médico. No importa si no tiene sobrepeso o es muy flaca (tal vez está en un tratamiento para subir de peso y no le ha funcionado). Esta pregunta puede hacerle sentir que le estás juzgando y es probable que dispare su inseguridad.

Entre las finalistas también estuvieron:

  • ¿Eso es celulitis?
  • ¿Ese vestido te costó tanto?
  • ¿Por qué no te has casado?
  • ¿No piensas tener hijos?

¿Qué otras crees que deberían estar en la lista?