En 2003 la historia de Pony conmocionó al mundo. Antes de su rescate, vivía encadenada en un burdel de Indonesia en donde era violada de forma cotidiana. Con los labios pintados, perfumada y completamente rasurada, era ofrecida a los trabajadores de las empresas madereras que deforestan los bosques aledaños. Por cierto, Pony, es una orangután.

Podría pensarse que el suyo es un caso aislado pero nada más lejos de la verdad. Prostíbulos en los que se ofertan animales hay por todos lados y en internet la cosa no cambia. Basta hacer una búsqueda en la red para encontrar alguien que ofrezca sexo con perros, caballos, ovejas o cerdos a cambio de dinero. La prostitución de animales es mucho más común de lo que creeríamos y aunque en muchos países hay leyes que condenan el sexo interespecies, hay muchos otros en los que no se considera una práctica ilegal. Dinamarca es uno de los que ha decidido recientemente endurecer sus políticas al respecto ya que se estaba convirtiendo en un destino para el turismo sexual con animales.

Bestialismo es la palabra que se usa para llamar al sexo entre humanos y otros animales. Zoofilia, que viene del griego zoon (animal) y philia (afinidad), se refiere a la parafilia en la que la excitación sexual se alcanza al tener sexo con animales, ver a alguien más teniéndolo o imaginando escenas en las que suceda. Los adeptos a esta práctica se ponen en riesgo de sufrir una zoonosis, término con el que se conoce a cualquier enfermedad que pueda transmitirse de otros animales a los humanos.

Y tú, ¿qué opinas sobre la zoofilia?