En 2008, el actor David Duchovny ingresó en una clínica de rehabilitación para tratar su «adicción al sexo». Aunque en estricto sentido no puede catalogarse como tal (los manuales de diagnósticos psiquiátricos aún no la incluyen), la compulsión sexual sí puede causar un deterioro en la calidad de vida. Tal como sucede con las personas que se enganchan al móvil, a internet o a los videojuegos, las conductas que no se pueden controlar, necesitan tratamiento profesional. Al igual que Duchovny, otras celebridades han pasado por internamientos para intentar modificar sus hábitos sexuales:
Según datos de la Sociedad para la Promoción de la Salud Sexual de Estados Unidos, entre el 3% y el 5% de la población del país ha cruzado la línea entre el interés por el sexo y la compulsión. El auge de la pornografía en internet, la propagación de las ETS y el elevado número de divorcios por infidelidad son reflejo de que muchas personas no pueden controlar su vida sexual. Esta pérdida de control se puede manifestar en masturbación constante, llamadas a hotlines, acudir a prostíbulos, tener sexo casual con desconocidos, adquirir pornografía, etc. El problema no tiene relación con la cantidad, si no con el nivel en el que afecte la propia vida.
¿Cómo saber cuándo se ha rebasado la línea?
- El sexo ocupa la mayor parte de tu tiempo: si dejas de hacer otras actividades por el sexo o inviertes muchas horas en conquistar alguien, ver pornografía o pensar en el tema.
- Mentiras: ser deshonesto con tal de conseguir lo que te propones con relación al sexo o negarlo si alguien cuestiona tus hábitos.
- Intentas parar y no puedes: marcas límites para tus conductas que no cumples y ello te genera ansiedad
- No importan las pérdidas o amenazas serias: rompimiento de relaciones amorosas, despido del trabajo, problemas con las autoridades por prácticas ilegales, etc. no bastan para modificar la conducta.
Las personas que padecen esta compulsión, muchas veces mantienen ocultas sus prácticas, por ello puede ser más difícil que busquen un tratamiento. Sí tú o alguien que conoces la padece, es importante buscar ayuda profesional.