Las enfermedades mentales graves producen serias alteraciones a nivel cognitivo, emocional y psicosocial, es decir, perturban seriamente la percepción de la realidad. La esquizofrenia y otros trastornos psicóticos son quizá las más conocidas. La autonomía y adaptación social de estos pacientes se ve afectada y el peso de su cuidado recae en los familiares.  Si además se experimentan sentimientos de culpa o se oculta la enfermedad por interpretarla como un estigma, la sobrecarga que sufren será mayor. Todo esto puede ocasionarles trastornos o enfermedades mentales a su vez, como:

  • Depresión
  • Ansiedad
  • Estrés 

Los familiares adolescentes o menores son especialmente vulnerables a desarrollar esos trastornos y habría que informarles especialmente sobre la enfermedad (que no sientan culpa y que se sientan queridos es vital) y escuchar sus sentimientos al respecto.

La intervención terapéutica es fundamental para recuperar la sensación de control puesto que los resultados de vivir la situación como incontrolable son nefastos y además es útil para prevenir recaídas en estos pacientes ya que entrenar a la familia en el correcto manejo del enfermo repercute en una mejor atención del mismo. Algunas de las acciones que se llevan a cabo son:

  • Información sobre la enfermedad.
  • Reeducación emocional: No tomarse las reacciones como algo personal (son enfermos) es vital y la no sobreprotección del paciente también.
  • Apoyo en situaciones de crisis.
  • Habilidades para mejorar la convivencia.
  • Habilidades para solucionar problemas y afrontar conflictos.

Si es el caso de tu familia o conoces a alguien en esta situación,aconséjale que busque apoyo en alguna Asociación de Familiares de pacientes Esquizofrénicos.