Desde una casa hasta un pepino, pasando por cualquier tipo de experiencia (viajes, conciertos, tratamientos de belleza, etc.), podemos pagarlo todo a plazos. El crédito existe desde cosas tan básicas como el que te da una amiga a la que compras cremas de un catálogo, a los acuerdos entre grandes corporaciones. Las instituciones bancarias realizan convenios con los comercios para que podamos adquirir lo que necesitamos (y lo que no) en cómodos pagos. Las ofertas parecen irresistibles y siempre es más fácil gastar dinero que aún no tenemos, así que caemos rendidos ante el encanto del modelo y vivimos a meses sin intereses, o sea, endeudados.
Si bien las deudas no vienen con gérmenes o enfermedades, sí pueden acarrear problemas serios de salud. El fácil acceso a los créditos, que paradójicamente es lo que sostiene al sistema al tiempo que lo tiene pendiendo de un hilo, permite a las personas contraer grandes deudas que pueden repercutir en su bienestar general.
Un estudio de la Universidad de Northwestern (Chicago, Estados Unidos), realizado con datos de más de 8 mil adultos de entre 24 y 32 años, encontró que los jóvenes altamente endeudados, presentaban elevación en la presión arterial diastólica (la mínima que registra la arteria). Este aumento puede desencadenar problemas de hipertensión. La investigación también encontró que los que estaban endeudados constantemente, mostraron mayores niveles de estrés y depresión.
Para reducir gastos y poder pagar lo que deben, muchas personas omiten los servicios médicos de su presupuesto. No ir al médico o al dentista por ahorrar, también repercute en la salud. Es importante entonces hacer un uso consciente y responsable de los créditos a los que tengamos acceso. Estos tips pueden ayudarte:
Ten solo las tarjetas que puedas pagar.
Aunque te llamen de los bancos para ofrecértelas, recuerda que eventualmente, las tendrás que liquidar.
No realices compras innecesarias.
Por más que la oferta sea tentadora, ¿en verdad necesitas otro vestido?
Intenta liquidar el total que aparece en el estado de cuenta.
Los pagos mínimos pueden elevar tu deuda a la estratósfera. Si de plano no puedes, paga por lo menos el 25% de la deuda.
Lleva un registro detallado de tus gastos.
Compra una libreta o si eres más tecnológico baja una app que te ayude a ello, y anota todo lo que compras. También guarda los vouchers y compáralos con el estado de cuenta. Tener presente la cifra de lo que has firmado te hará ser más cauteloso.
Y tú, ¿vives endeudado?