Podemos decir, en sentido figurado, que hombres y mujeres vemos el mundo de forma diferente. Utilizamos estrategias distintas para enfrentar las situaciones y tenemos diversas perspectivas sobre varios temas. Muchas de estas diferencias son construcciones culturales que tienen que ver con el papel que los miembros de cada sexo juegan en una sociedad.

Investigadores de la Universidad de Nueva York se dieron a la tarea de estudiar si la disparidad también se da a nivel biológico y encontraron que sí, al igual que sucede con otros sentidos como el olfato o el oído, mujeres y hombres presentamos diferencias claras en cuanto a la visión.

Para realizar la investigación, sometieron a una serie de pruebas de visión a un grupo de voluntarios encontrando que:

  • Ellas detectan mejor los colores.
  • Ellos se fijan más en el movimiento y los detalles.

Los responsables del trabajo concluyeron que la diferencia no tienen relación con la forma y estructura del ojo, sino con la presencia de testosterona y otros andrógenos en el cerebro, que son los encargados del procesamiento de las imágenes.

Esta no es la primera vez que se estudian las diferencias en la visión entre hombres y mujeres. Una investigación de la Universidad del Sur de California encontró que también es distinta la forma de enfocar.

Cuando sostienen una conversación con otra persona, ellos tienden a concentrar su atención en la boca del interlocutor y se distraen más fácilmente con el movimiento detrás de la persona. Ellas por su parte se fijan en los ojos de aquel con el que conversan y es más fácil que se distraigan por prestar atención a otras personas.