Los que padecen algún tipo de alergia no acaban de recuperarse de la crisis de la primavera y ¡pum! ya está aquí el otoño y comienzan otra vez los estornudos, el lagrimeo y la irritación nasal. Los descensos en la temperatura característicos de la temporada, debilitan nuestro sistema inmunológico y quedamos más expuestos a padecer una alergia de otoño.
¿Qué relación hay entre otoño y alergias?
Las bajas temperaturas alteran el funcionamiento de los cilios respiratorios, una especie de pelitos que recubren parte de nuestro sistema respiratorio y se encargan de combatir microbios y residuos. Además, cuando desciende el termómetro acostumbramos cerrar puertas y ventanas y encender la calefacción, esto humedece el ambiente y lo vuelve ideal para la multiplicación de algunos microorganismos como losácaros. Es por esto que, a diferencia de lo que sucede en primavera, en estos últimos meses del año las alergias pueden sentirse peor en un espacio cerrado.
Cada vez hay más alérgicos.
¿Qué provoca este aumento tan veloz? Algunos expertos aseguran que el cambio climático es el principal responsable. Las variaciones en la temperatura global, los fenómenos meteorológicos extremos y la inmensa cantidad de contaminantes presentes en el aire que respiramos, han contribuido a que crezca el número y la fuerza de los alérgenos y a debilitar nuestro sistema inmunológico.
¿Cómo evitarlo?
Si tu reacción alérgica es moderada, puedes probar con algunas medidas para mejorar el ambiente:
- Utilizar fundas antiácaros para colchones y almohadas.
- No tener alfombras del dormitorio.
- Ventilar la habitación cada mañana.
- Cambiar sábanas y cobertores por lo menos una vez a la semana.
- Sacudir sillones y demás artículos que puedan acumular polvo.
Recuerda que ante el primer síntoma de alergia es importante consultar con un especialista para que te revise e indique un tratamiento en caso de ser necesario.