Generalmente cuando escuchamos hablar de un caso de «adicción al sexo», la historia gira alrededor de un hombre. Deportistas, actores y políticos que engañan a sus mujeres y aseguran no poder controlar sus impulsos sexuales, se difunden mucho más que los de mujeres en situaciones similares, sin embargo, eso no quiere decir que no existan. Hay muchas mujeres que utilizan el sexo como herramienta para ganar poder o «amor».

Entre el 8% y el 12% de las personas que buscan ayuda para superar la adicción al sexo son mujeres (curiosamente ese porcentaje es similar al de hombres en tratamiento para trastornos de la alimentación). Sin embargo, las estimaciones suponen que el número real de mujeres con conductas sexuales compulsivas e impulsivas es mucho mayor pero la vergüenza provoca que no pidan ayuda.

Los prejuicios existentes y el recelo con el que se ve la sexualidad femenina, pueden provocar que mientras un hombre con una adicción al sexo sea visto como un semental, una mujer sea catalogada como ninfómana o prostituta. Incluso, las propias mujeres que lo padecen, rara vez aceptan que tienen un problema sexual y disfrazan su condición detrás de comentarios como «tengo problemas para relacionarme sanamente» o «soy adicta al amor». Además de la vergüenza, esto tiene una explicación: las mujeres tienden a relacionar el sexo con los sentimientos mucho más que los hombres.

Los elementos presentes en la adicción sexual femenina, son los mismos que aparecen en cualquier tipo de adicción:

  • Compulsión.
  • Imposibilidad para frenarse a pesar de las consecuencias adversas.
  • Preocupación u obsesión.

Las mujeres con esta adicción también pueden atravesar por periodos de «anorexia sexual» en los que rechazan todo tipo de actividad sexual. Generalmente durante estos ciclos, llevan a cabo conductas excesivas en otras área: comer, comprar, trabajar, hacer ejercicio, etc. Muchas de las adictas al sexo carecieron de una figura paterna que les enseñara a construir intimidad emocional en formas no sexuales. Diferentes estudios han encontrado que la mayoría de las mujeres que presentan esta dependencia, sufrieron abuso sexual durante la infancia. Algunos de los patrones de conducta que siguen son:

  • Usar ropa provocativa la mayor parte del tiempo (una forma de exhibicionismo).
  • Obsesionarse con su apariencia y realizar muchos esfuerzos para mejorarla.
  • Realizar insinuaciones sexuales a hombres más jóvenes, clientes o subordinados.
  • Involucrarse en relaciones extramaritales.
  • Cambiar sexo por drogas, ayuda, afecto, dinero o poder.
  • Masturbación compulsiva.
  • Buscar parejas sexuales en lugares poco seguros.

¿Conoces a una adicta al sexo?