Nuestro cerebro es un órgano muy complejo. Se encarga de controlar y regular las funciones de todo el cuerpo además del ser el centro en el que residen conciencia y mente. Sabemos que hay más de 100 mil millones de neuronas en él pero los neurocientíficos aseguran que lo que queda por conocer sobre su funcionamiento es mucho más de lo que se ha descubierto hasta ahora. De lo ya conocido, te dejamos 5 datos curiosos que tal vez no conozcas:

Una cuestión de peso.

El cerebro adulto pesa aproximadamente 1.5 kilogramos lo que representa alrededor del 2% del peso corporal. El 85% del peso del órgano corresponde a la corteza cerebral, estructura que rodea a los hemisferios y en la que tienen lugar el pensamiento,  la imaginación, la percepción y el juicio.

El tamaño, ¿importa?

No, al igual que sucede con otras partes de nuestra anatomía, un cerebro más grande no significa mayores capacidades. De hecho, las mediciones más recientes señalan que en los últimos 30 mil año el volumen promedio del cerebro humano ha disminuido en un 10%. Esta reducción, suponen algunos científicos, se debe a que hemos desarrollado formas de inteligencia más complejas.

Qué grasoso.

El cerebro es el órgano más graso del cuerpo ya que está compuesto por lípidos en un 60%. Es importante entonces consumir este nutriente básico, pero prefiriendo las llamadas grasas buenas (poliinsaturadas, monoinsaturadas y ácidos grasos Omega 3), que podemos encontrar en los aceites vegetales, los pescados grasos (salmón, atún, sardinas) y algunas semillas.

Se lleva mal con el tabaco.

Diversos estudios han encontrado una relación entre la adicción al tabaco y la pérdida de las funciones cognitivas. Dificultad para aprender nuevas palabras, pérdida de la capacidad de memoria y distracciones recurrentes, se dan con más frecuencia entre los fumadores. Esto se debe a que las sustancias que viajan por nuestro organismo al inhalar el humo del cigarro, provocan el adelgazamiento de la corteza orbifrontal, área en la que se controlan los impulsos, el sistema de recompensa y la toma de decisiones.

Siempre trabajando.

Sí, aún cuando duermes, esta potente máquina sigue activa. De hecho, es durante esas horas de reposo cuando se consolida la memoria. Conclusiones de una investigación realizada en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) señalan que mientras dormimos, el cerebro se comporta como si estuviera recordando algo.