El café recién hecho, el jabón con el que nos lavamos, la ropa limpia, el perfume que usamos…cada mañana, aún antes de salir de casa, percibimos una gran variedad de olores. El sentido del olfato, quizá el más olvidado de todos, es una parte fundamental de nuestra percepción del mundo y su pérdida puede ocasionar diversos problemas de salud.

A la pérdida del sentido del olfato, sea temporal o permanente, se le denomina Anosmia. Puede deberse a un trastorno congénito (de nacimiento) pero en la mayoría de los casos se relaciona con el envejecimiento, las infecciones virales, el abuso de los descongestionantes nasales, traumatismos, pólipos, deformidades del tabique o el uso de ciertos medicamentos. La pérdida se da cuando algo impide que el aire llegue hasta el área nasal en la que se localizan los receptores olfativos.

Se calcula que una quinta parte de la población sufre alteraciones en el sentido del olfato y aún cuando la capacidad de oler no es indispensable para vivir, su pérdida aumenta el riesgo de padecerdepresión, aislamiento, problemas de autoestima y bajo interés en la comida (el 80% de lo que saboreamos está relacionado con el olfato).

Investigadores de la Universidad de Dresden realizaron un estudio para analizar cómo la anosmia interfiere con la calidad de vida. Encontraron que las personas con esta afección tienen que desarrollar estrategias específicas para evitar los accidentes domésticos ya que por ejemplo, no pueden percibir el olor a quemado, de las fugas de gas o las emanaciones fétidas de la comida echada a perder. Las relaciones sociales también se ven alteradas. El olfato nos ofrece información sobre las personas y si esta vía de comunicación presenta alteraciones, las personas pueden mostrar mayor inseguridad al conocer a nuevas personas. El sexo es un área que también se afecta. Los que padecen anosmia tienen 50% menos relaciones sexuales; una de las posibles explicaciones es que esta carencia del olfato disminuye el interés por el sexo.

Los cuidados del sentido del olfato pueden disminuir el riesgo de padecer anosmia. Incluye alimentos ricos en zinc en tu dieta, no fumes y si el ambiente de tu casa es muy seco, utiliza un vaporizador para aumentar la humedad en el aire.