La depresión es un padecimiento que afecta tanto a hombres como a mujeres. Por razones culturales al hombre le es menos permitido mostrarse cabizbajo o triste. La socialización que recibimos en la infancia fomenta que sean fuertes, resistentes y no se den el tiempo para tener el ánimo decaído. Sin embargo esta enfermedad no es una cuestión de voluntad y también afecta a millones de varones aún cuando no se diagnostique.
La depresión se presenta de forma más severa en hombres que en mujeres y aunque comparten algunos síntomas como tristeza o desinterés generalizado, pueden enmascararse detrás de algunos comportamientos lo que dificulta el diagnóstico correcto. Ejemplos de ello son:
- Abuso de alcohol u otras sustancias
- Enojo excesivo
- Fugarse de su realidad pasando tiempo de más en el trabajo
- Agresividad y actitudes abusivas
- Involucrarse en actividades de alto riesgo como manejar deprisa, tener sexo sin protección, etc.
El miedo al estigma social provoca que muchos hombres rechacen hablar sobre el tema y no quieran reconocer los síntomas. Muchas veces los dolores constantes de cabeza o espalda, los problemas digestivos o la fatiga extrema, pueden ser señales de depresión. Aunque se intentan suicidar menos hombres que mujeres, cuando ellos lo hacen es más común que lo logren. Si tú o alguien que conoces presenta síntomas de depresión, acudan de inmediato con un especialista.