La autoestimulación sigue siendo uno de esos asuntos que viven entre velos y del que se habla poco. Por increíble que parezca, aún subsisten algunos mitos y hay lo que aseguran que provoca granos o ceguera (por supuesto que no es así) y muchos credos y filosofías siguen condenado esta práctica por lo que no se ha librado de la sombra culposa. Esto sucede especialmente entre las mujeres. En 2008 la psicóloga Joyce McFadden realizó un estudio con mujeres de entre 18 y 53 años a las que cuestionó sobre diversos aspectos de la sexualidad. Los resultados de su estudio mostraron que:
- El 70% de las participantes experimentaba culpa frente a la masturbación.
- El 80% señalaba que nadie les enseñó que es un aspecto normal de la sexualidad humana.
- El 88% deseaba escuchar a otra mujer hablar sobre el tema.
Quizá lo que cause más ansiedad sobre el tema es esa «obligación» de reprimir algo que es tan natural y forma parte integral de la sexualidad. Una y otra vez se ha observado en ecografías a fetos de ambos sexos estimulándose en el vientre materno. Hay quienes la descubren en el chorro de agua de una piscina o montando una bicicleta mucho antes de llegar a la pubertad. Es una fuente de placer que ¿debemos negarnos?
Muchas mujeres alcanzan sus mejores orgasmos durante la masturbación ya que con esta práctica pueden estimularse física y mentalmente de forma más libre. Al no tener que pensar en las necesidades de otro, pueden liberar las tensiones sexuales cuándo y cómo deseen, lo que se refleja en un mayor bienestar emocional. Adueñarte de tu cuerpo también puede impactar de forma positiva en tu autoestima.
Además del goce físico que produce, la masturbación es un instrumento de gran aprendizaje. Si preguntas a diez mujeres sobre cómo se masturban, encontrarás todo tipo de respuestas; la mano, la almohada, la orilla de un mueble o el juguete sexual que demuestran que cada mujer es diferente y que no hay una forma correcta o única de masturbarse. Por ello, es importante que observes tu cuerpo y lo explores, para que así encuentres qué es lo que te da más placer. Las mujeres que se conocen pueden compartir esta información con su pareja y mejorar notablemente la calidad de sus relaciones sexuales.
Si hay alguien a quien siempre tendrás es a ti misma. Conócete.