Los silencios en pareja son temidos o amados, incómodos o agradables, pero más que el silencio en sí, lo que nos hace disfrutarlos u odiarlos, es el significado que les damos.
¿ Qué revelan esos silencios?
Ansiedad
Al inicio de una relación hay avidez de información. A veces, la ansiedad nos bloquea, nos deja mudos, lo pasamos mal porque pensamos que el otro se da cuenta y en realidad, está más o menos igual. Hay una necesidad imperiosa de tener que decir algo pero los nervios no nos dejan articular palabra. No conocer suficientemente a la otra persona y no tener el suficiente nivel de confianza hace que estos silencios resulten incómodos, nuestra cabeza nos bombardea; ¡No sé que decir!, ¿Qué estará pensando? ¿Qué pensará si no digo nada? …Y la ansiedad sube y sube. Muy incómodos.
Manipulación
Son silencios intencionados para conseguir llamar la atención o que la pareja ceda a nuestros deseos. Generalmente se utiliza esta estrategia porque se es consciente de que resulta molesto para la pareja y por eso nos funcionará. Tras una pelea, como castigo, el silencio. Desesperante.
Felicidad
Son silencios que se paladean, se disfrutan siendo conscientes de ellos cada segundo. Nuestra pareja está junto a nosotros y hay una conexión entre ambas personas a pesar de que no se articulen palabras, hay miradas, roces, caricias … en una palabra son silencios cómplices, nacen de la confianza, conocimiento mutuo y felicidad de pareja.
Tranquilidad
Son los obvios, los que se pasan inadvertidos, estáis juntos sin hablar pero si no os lo dicen, ni os dais cuenta. Tranquilamente el uno junto al otro, cada uno en lo suyo. Solo importa esa percepción casi subliminal del otro, está ahí, lo sabes, no necesitas más.
¿Decir cualquier cosa para evitar los silencios incómodos?
Muchas veces pensamos que la situación requiere que digamos algo y ¡puede ser peor!, quizá un abrazo, una sonrisa o un paseo de la mano resulte más eficaz en romper esa tensión que impide que salgan las palabras. Empezar a imaginar lo que piensa el otro tampoco ayuda, al contrario. El secreto está precisamente en no forzar la situación.
Los silencios también transmiten información, ¿qué transmiten los tuyos?