Hay los que aseguran que todo tiempo pasado fue mejor y se lo toman muy en serio. Un ejemplo son los defensores de la dieta paleolítica, un estilo de alimentación basado en el que llevaban nuestros antepasados hace más de 10,000 años.

Seguro que en el colegio te lo enseñaron, pero tal vez ya lo olvidaste: el Paleolítico, esa era en la que los humanos eran nómadas y se alimentaban con lo que encontraban en la región, ha sido la más larga en nuestra historia. Sí, aunque a veces pensemos que siempre han existido las ciudades, los coches y el horno de microondas, lo cierto es que el hombre ha vivido la mayor parte de su historia en las cavernas, comiendo lo que podía cazar, pescar o recolectar con sus propias manos.

Tomando en cuenta lo anterior, varios médicos, antropólogos y otros especialistas, han propuesto que la alimentación a la que nuestro cuerpo está acostumbrado es esa y por ello recomiendan seguir un régimen inspirado en la dieta ancestral. Sostienen además que en aquellos ayeres la gente enfermaba menos y no había problemas de obesidad y le atribuyen esa buena salud a la alimentación. Proponen entonces eliminar de la dieta todos los alimentos que comenzaron a consumirse con el establecimiento de la agricultura como los granos, lácteos, legumbres y azúcares refinadas.

Este tipo de alimentación ha ganado seguidores sobre todo entre los atletas que dan un alto valor a las proteínas, sin embargo existen muchos detractores que aseguran que, por ejemplo, desestima la dieta mediterránea, considerada una de las más sanas. Aseguran además que limitar o eliminar grupos de alimentos como los carbohidratos o los lácteos, puede resultar contraproducente para la salud ya que aportar varios nutrientes esenciales. Por último sostienen que establecen comparativos es algo arbitrario ya que el estilo de vida actual es sumamente diferente al que llevaban aquellos hombres.

Si decides llevar esta o cualquier otro tipo de dieta, lo ideal es que primero consultes con un médico o un nutricionista para que te realice un chequeo general y te diseñe un régimen alimenticio personalizado. Recuerda que todos somos diferentes y tenemos distintas necesidades basadas en nuestra actividad física diaria, complexión, etc.