«Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas«.

                                                                 Sun Tzu (El arte de la guerra)

Espermatozoides hay muchos, son pequeños y se mueven. Óvulos hay pocos, grandes y no se mueven… muchos y pocos …. sí, ¡esto es la Guerra!

Ya competiste por la pareja con los otros machos, llamaste la atención de la hembra y lograste aparearte con ella. ¿Fin?. ¡Pues no!, no está todo ganado.

Hay varios tipos de competición entre machos, la Competencia Pre Copulatoria (que ya has superado) y la Competencia Post Copulatoria:

¿Y si tu pareja tuvo relaciones justo antes con otro o si las tiene justo después?

Vale, vale, ¡que las mujeres no somos infieles, son ellos!, (ji-ji-ji), pero obviemos el dato para admirar lo que la naturaleza ha diseñado «por si acaso».

Los espermatozoides compiten entre ellos, sí, los de un mismo macho. Todos tenemos la idea del pistoletazo de salida y que el más rápido llega a la meta. Pero la competencia del esperma no queda ahí, hay espermatozoides que no tienen un fin reproductivo sino defensivo. Parece que lo de haz el amor y no la guerra tiene matices que muchos no conocen. Su misión es defender a los tuyos de los ajenos para que alcancen su objetivo: es el Espermatozoide Kamikaze, dispuesto a atacar y destruir. Como se le ocurra aparecer al espermatozoide de otro macho, ahí está agazapado tu pequeño kamikaze para aniquilarlo sin piedad.

Aunque no todos los biólogos, zoólogos o etólogos la apoyan, esta hipótesis del esperma asesino surge de las investigaciones de los biólogos Baker y Bellis. Según estos autores, hay espermatozoides asesinos estériles que en lugar de ADN llevan sustancias químicas que les permiten reconocer a los «amigos» y matar a los «enemigos». ¿Se inspiraron en esto los creadores del juego «Sperm Wars»?