La literatura y el cine están llenos de historias de amor en las que los protagonistas han tenido que pagar un precio muy alto por permanecer junto a la persona amada. Renunciar a una herencia, a su país o a su familia son algunos de los ejemplos.
Estos costes no se quedan en el terreno de la ficción. Según Robin Dunbar y su equipo de investigadores de la Universidad de Oxford (Inglaterra), en este plano, el real, también pagamos un precio por el amor y este incluye la pérdida de dos amigos.
Los científicos, miembros del Instituto de Antropología Cognitiva y Evolutiva de dicha universidad, analizaron cuestionarios aplicados a 540 hombres y mujeres para llegar a una conclusión: la llegada de un interés amoroso supone la pérdida de dos integrantes de nuestro núcleo cercano.
El núcleo típico de relaciones cercanas incluye a 5 personas pero en los que están en pareja suele verse reducido a 4. Tomando en cuenta que una de estas personas es justamente la pareja, la pérdida es de 2 integrantes. Esto se debe, suponen los investigadores, a que al enamorarnos, dedicamos mucho de nuestro tiempo y atención a la persona que nos conquistó.
Las relaciones emocionales pueden deteriorarse rápidamente cuando se pierde el contacto. La paradoja del asunto es que, si pierdes a tus amigos, después tendrás menos brazos para consolarte cuando el amor falle. Busca repartir tu tiempo entre pareja y amigos de forma equitativa para que vivas siempre rodeado de amor, de todo tipo de amor.