Ante todo dejar claro que sí es cierto que no siempre son ellos, reconózcanlo chicas, a veces somos nosotras las descuidadas. Pero eso sí, en comparación con las veces que lo hacen ellos, lo nuestro es anecdótico.

Esta es la típica situación. Llega ella al baño y admira el panorama con desesperación; «¿¡Otra vez!?». Sí. Una vez más tu pareja ha tenido la ancestral necesidad de marcar el territorio y salpicar al completo el perímetro de la taza dejando además, la tapa levantada.

Bueno, al menos no es de noche y has ido descalza y con la luz apagada corriendo el riesgo de ponerte perdida y además calcular mal cuando te sientas…¡chicos, YA!

¿Qué razones dan ellos para no bajarla?

  • Higiene; así no tocan la tapa ni a la ida ni a la vuelta
  • Ellos no se sientan; no hace falta
  • Severas alteraciones de memoria
  • Es genético
  • No perder un tema de conversación y/o discusión

¿Qué razones os damos aquí para bajarla?

Invitamos a la reflexión con un hecho ineludible:

                  La tapa, está ahí. ¿No será por y para algo?

Si la lógica aplastante no te ha convencido, recurrimos a la ciencia. No es un apartado más de la lucha de sexos, no. No es por estética, no, es por pura higiene. Se ha demostrado (bendiciones para ese lúcido equipo de investigación) que si tiras de la cadena sin cerrar la tapa se produce un efecto aerosol que inunda todo el ambiente de microorganismos que campan a sus anchas por todo tu baño, sí, ¡incluido tu cepillo de dientes!. Si lo haces, ya dará igual que uses para tus dientes la escobilla del váter que el cepillo.

Además, el Feng Shui dice que si dejas la tapa levantada la fortuna se va por el agujero, ¡puede ser tu ruina!.

Bueno mira, ¡a problemas desesperados, soluciones desesperadas!:

Según un estudio de la Penny University en Wis Consin, se ha llegado a la conclusión de que si la tienes pequeña, es cuando no atinas y dejas todo sucio y, por supuesto, ¡¡la tapa levantada!!.

(¡Solucionado chicas!)

Y tú, ¿la bajas o no la bajas?