El uso de las nuevas tecnologías es ya más que necesario, imprescindible, pero no su uso abusivo o desadaptativo, si se llega a ese punto, las estaremos utilizando en contra de nuestro desarrollo personal a todos los niveles (familiar, laboral, pareja, salud); hemos caído en la red de la adicción.

¿Por qué los adolescentes tienen un riesgo especial?

Además de la especial vulnerabilidad a las adicciones por las características propias de esta etapa de desarrollo (como falta de madurez, inexperiencia o creer que todo lo puede entre otras) hay unos motivos muy atractivos y gratificantes que le llevan a conectarse a la red y permanecer conectado:

  • Contacto permanente con su grupo de iguales: Permite ser tenido en cuenta y «relacionarse» las veinticuatro horas.
  • Efecto desinhibidor del anonimato: Expresamos emociones como no lo haríamos en directo ya sea por temor o vergüenza.
  • Alivia el aburrimiento, la tristeza o ansiedad: Permite ocultar nuestra verdadera identidad, ser alguien diferente y vivir una experiencia excitante que nos permite evitar por unos momentos la complicada realidad.
  • Sensación de libertad: Puerta abierta a un Universo sin limitaciones, podemos conocer gente o lugares que de otra manera sería casi imposible.

¿Cómo saber si nos estamos enredando?

  • Tu vida cotidiana se ha visto alterada por el tiempo que dedicas a la red: El número de horas que le dedicas te impide descansar lo suficiente y cumplir con tus obligaciones, lo que se refleja en tu estado de ánimo y tus estudios y/o trabajo. Tu vida gira en torno a la red y cada vez necesitas dedicarle más tiempo. Incluso los que te rodean te lo han comentado o te han dicho directamente que tienes un problema.
  • Cada día estás de peor humor: Cada vez te muestras más impaciente, ansioso o enfadado si no encuentras lo que buscas o la conexión se hace más lenta o falla y por supuesto, no toleras que te interrumpan. Si estás mucho tiempo sin conexión te encuentras mal física y emocionalmente, cuando al fin te conectas cesa ese malestar.
  • Has reducido tus relaciones sociales: Si prefieres estar conectado a salir con tus amigos, ten cuidado, puede que un día todos tus amigos se apelliden Arroba porque los has sustituido por los virtuales.

Si cuando has leído esto, en lugar de preocuparte y ponerte a buscar una solución te has puesto a pensar en cómo esconder mejor esos «síntomas», pide ayuda, la necesitas ya.