Hay personas que no pueden ni vivir ni comer sin el picante y que se lo echan a todo lo que se les pase por la cabeza y otras que lo evitan a toda costa, que no lo quieren ver ni en pintura, que lo detestan. También están esas personas que disfrutan con la comida muy condimentada y los que prefieren los sabores más neutros, sin apenas sabor. Pero, la cuestión es que una u otra elección… ¿Tiene relación con la personalidad?
Nadia Byrnes, investigadora de la Universidad de Pensilvania, hace ya unos años proponía que sí, que tienen relación. Para llegar a esta conclusión, se llevó a cabo un estudio con 184 voluntarios con una edad comprendida entre de los 18 y los 45 años. Estos eran no fumadores y sin algún trastorno que pudiera afectar su sentido del gusto.
Los participantes se sometieron a la prueba AISS por sus iniciales en inglés, Arnett Inventory of Sensation Seeking o Inventario de búsqueda se sensaciones de Arnett, que es utilizado para medir la propensión a buscar estímulos intensos y novedosos en nuestra vida, a pesar de los riesgos que puedan implicar estas actividades. Las personas que obtienen puntuaciones altas en esta prueba son consideradas como personas abiertas a las nuevas experiencias y a tomar riesgos en su día a día.
Después de realizar el test, los voluntarios del estudio recibieron alimentos sazonados con distintas cantidades de capsaicina, que es un componente activo del chile y otros sabores picantes. A medida que estos voluntarios probaban la comida, se les pidió que calificaran su gusto o desagrado por ella.
Los resultados del estudio mostraron que a aquellos que recibieron peores calificaciones en la prueba, les disgustaba mucho más rápidamente el sabor picante, mientras que los que obtuvieron los resultados más altos, disfrutaron de la comida condimentada en mayor medida. Nadia Byrnes presentó todas estas conclusiones en la reunión anual del Instituto de técnicos en alimentos, organización internacional que se especializa en los avances de la ciencia de los alimentos y la tecnología.
¿Qué opinas sobre estas conclusiones? ¿De verdad crees que los que amantes del picante y la comida condimentada son personas más aventureras y atrevidas? Cuéntanos si este caso te aplica a ti! ¿Eres un amante o un hater del picante?