Si hay algo que se pueda considerar nadar a contracorriente, es el Bugchasing, cuando la prevención y concienciación mueve a la gran mayoría en lo que al VIH se refiere, hay quien va a contracorriente buscando el virus intencionalmente. Hay quien afirma que se trata de una leyenda urbana pero sus primeras referencias aparecen en EEUU a finales de los 90 y posteriormente se ha difundido por medio de la red. Se llegó a decir que lo practicaban una minoría marginal de hombres con orientación sexual homosexual, al parecer ya hay reuniones de este tipo a las que acuden personas de ambos sexos y de cualquier orientación sexual.
¿Qué es el Bugchasing?
Consiste en tener relaciones sin protección con portadores del VIH. Quienes lo practican, lo hacen principalmente por la excitación que sienten al mantener relaciones con seropositivos, por la adrenalina que supone el poder ser contagiado.
Entre los participantes se distinguen los llamados;
- Gift Givers o Regalador: es el donante del virus, seropositivo o donante de la infección.
- Bug Chasers: Es el cazador de la infección, quien se expone a ser contagiado. Hay quien diferencia entre barebackers y bugchasers, aparentemente los barebackers buscan tener una relación sexual “arriesgada” (relaciones «a pelo» o sin condón) mientras que los bugchasers buscan proactivamente la persona infectada. Por lo que podría decirse que no todos los barebackers son bugchasers pero todos los bugchasers son barebackers.
Se practica en reuniones, muchas veces convocadas en la red, que reciben varios nombres:
- Bug parties
- Barebaking parties
- Conversion parties
- Russian parties; en clara alusión a la ruleta rusa.
Hay varias maneras de interactuar:
- Sólo un participante es seropositivo y solo sabe quién es el anfitrión, los demás saben que hay una persona infectada pero no quién.
- Se sabe quién o quienes están infectados y se acepta tener relaciones sin protección.
¿Qué motivos llevan a esta práctica?
Se dan justificaciones o explicaciones diversas:
- Adicción al riesgo o disfrute por la adrenalina que supone el peligro de contagio.
- Protesta ante la estigmatización y rechazo social.
- Dejar de tener miedo o ansiedad a ser contagiado.
- Mantener la relación de pareja cuando uno está infectado y el otro no.
- Deseo de pertenencia a un grupo del que ya forman parte amigos y famosos a los que admiran o un grupo que es cuidado y por el que se preocupa la sociedad.
Desde el punto de vista de la psicología, está claro elcomponente autodestructivo de quien lleva a cabo esta práctica. Desde mi punto de vista quien quiera prestarse a o entrar en este peligroso juego por voluntad propia, debería replantearse su estado emocional y psicológico.
A pesar de la existencia del Bugchasing, la realidad es que el colectivo gay es quien está más informado y concienciado sobre la enfermedad y su prevención. Cualquiera que tenga una relación sexual sin protección, aunque sea una vez al mes, también está jugando a la ruleta rusa y no solo pueden ser infectados de VIH. Curiosamente hombres y mujeres heterosexuales son más habituales de esta práctica.