¿Has cometido un error? No pasa nada, de todo se aprende. Perdónate a ti mismo.

Juzgarnos a nosotros mismos peor de lo que lo harían los demás, no tiene mucha lógica, ¿verdad?

Pensar que la próxima vez lo conseguiremos es más práctico que castigarnos por no haberlo conseguido, por ejemplo pensando que somos poco inteligentes o unos fracasados. Si hacemos esto, deterioramos nuestra autoestima y acabaremos evitando ciertas situaciones. Sin embargo, si somos más tolerantes con nosotros mismos, la presión disminuye, no evitamos volver a enfrentarnos al problema y las probabilidades de volver a errar en la misma situación disminuyen también.

Aprender de los errores, que se llama. No son frenos, son motores.

Cuando pienso en esto me acuerdo de dos anécdotas. Una amiga a la que su pareja le fue infiel y tras confesárselo, ella lo perdonó y pasó el tiempo y su pareja pareció caer en un estado depresivo en lugar de retomar la relación con ilusión. Pregunté por los motivos ya que yo sabía del perdón sincero de ella y el arrepentimiento de él y me dijo; «Es que no se ha perdonado a sí mismo».

La segunda ocurrió en la Facultad, un Catedrático  de Estadística revisaba las notas del examen de Psicometría (hueso para muchos en la carrera y motivo de abandono) y una alumna al ver su suspenso por tan solo dos décimas sonriendo al atribulado (y un poco harto de tanta queja) profesor, se levanto y poniéndole la mano en el hombro le dijo; «No pasa nada, para ser la primera vez que me presento no está mal, la próxima vez será» y se marchó dando las gracias. Acostumbrado a grandes dramas, porque hay quien perdía toda una carrera por ese examen, quedó perplejo, volvió a mirar el examen y vio que un apartado de 4 décimas estaba sin corregir. Aquella alumna encontró al llegar a casa un mensaje del catedrático notificándole el aprobado y todavía se pregunta qué pudo pasar.

¿Y tú, sabes perdonarte?