Las estrellas que alumbraron el cielo esa romántica noche en que tus padres te concibieron, tal vez estuvieron relacionadas con tu estado de salud. No, no cambiamos el giro y ahora es una página de Astrología ni nada por el estilo. Lo decimos porque según una exhaustiva investigación realizado en la Universidad de Princeton, la estación del año en que una mujer decide embarazarse, puede influir en el peso del recién nacido y volverlo propenso a nacer de forma prematura.
Utilizando datos de las oficinas de registro civil de Nueva York, Nueva Jersey y Pensilvania, de nacimientos entre 1994 y 2006, encontraron que Mayo es el mes menos favorable para quedar embarazada. Según concluyen, los bebés concebidos en ese mes (nacidos durante el invierno), eran 13% más propensos a ser prematuros; el tiempo de gestación fue de casi una semana por debajo del promedio.
No se sabe con exactitud cuál es la razón detrás de estas estadísticas. Algunas teorías proponen que las embarazadas están más expuestas a los virus de la gripe estacional en enero y febrero (meses en que los bebés concebidos en mayo están a punto de nacer) y ello podría influir. El bajo peso al nacer y si el parto se da antes de la semana 37, puede relacionarse con diversos problemas de salud como: sistema inmune debilitado, problemas de visión y oído, desarrollo cognitivo más lento, etc.
¿Cuál es la mejor estación para embarazarse? Los investigadores de Princeton proponen que el verano. El equipo encontró que las mujeres que concibieron entre junio y agosto, ganaron más peso durante el embarazo y sus bebés pesaron en promedio 8 gramos más que los del resto de los meses.
Así que ya lo sabes, si planeas embarazarte, recuerda que estamos en pleno estío y aún quedan muchos días. ¡A buscarlo!