En abril de 2002, cuando contaba con 41 años, la actriz estadounidense Julianne Moore dio a luz a su hija Liv. Ella, al igual que Una Thurman, Susan Sarandon, Marcia Cross y Halle Berry, se convirtieron en madres después de los 40. El fenómeno de la maternidad tardía es cada vez común en distintas partes del mundo, incluido África, continente en el que cada vez menos mujeres de 20 años tienen hijos (desde el año 2000 ha disminuido en un 20%). En Reino Unido, en promedio las madres primerizas tienen 30 años y en Japón 29.
Aunque durante muchos años se habló sobre los riesgos que conlleva la maternidad después de los 40 y aún hoy en día los médicos coinciden en que las décadas que van entre los 20 y los 40 son las ideales para tener un hijo, (la fertilidad disminuye dramáticamente a partir de los 35 años) la transformación en el estilo de vida de las mujeres y los avances científicos, han contribuido a que cada vez sea más común y seguro. En España se dan más de 12 mil nacimientos al año en los que las mamás tienen más de 40.
Y es que, tener hijos después de los 40 puede estar relacionado con vivir más. Un curioso estudio realizado por investigadores de Harvard, en el que se analizó la longevidad de las mujeres, encontró que entre las que llegaron a cumplir 100 años, había 4 veces más casos de maternidad después de los 40.
Las mujeres con más de 40 que deciden embarazarse deben tener más cuidado que las más jóvenes y estar mucho en contacto con el médico para que no surjan complicaciones. A esa edad aumenta el riesgo de:
- Padecer preeclampsia, hipertensión y diabetes gestacional
- Cesárea
- Embarazo gemelar
- Malformaciones congénitas como el Síndrome de Down o enfermedades genéticas
Con una alimentación adecuada, revisiones periódicas, cuidados y ejercicio, la madre puede no presentar mayores dificultades. En el caso del bebé, los ecógrafos y análisis genéticos ayudan a detectar problemas que muchas veces pueden solucionarse durante el mismo embarazo.