Hay personas para las que presentar un tema en clase o en una reunión de trabajo, resulta una idea aterradora. Cuando deben hacerlo, es posible que experimenten síntomas de ansiedad y estrés incluso desde días antes de la temida fecha. Es probable también que en el momento de pararse frente a una audiencia, estén tan aterrados que se paralicen, sientan nauseas, taquicardia y les tiemble la voz.
Al miedo exacerbado a hablar en público se le conoce como glosofobia. Si es tan grave que interfiere con la calidad de vida del afectado, lo mejor es acudir con un psicólogo para localizar el origen de ese pánico y trabajarlo. Hay muchas personas que, sin llegar a los extremos de una fobia, también sienten miedo ante la idea de hablar frente a otros, si eres uno de ellos, presta atención a estos tips:
Acepta que tienes miedo
Piensa a qué le temes, ¿a olvidar el discurso? ¿a que se rían de ti? ¿a que no te salga la voz? para conquistar el miedo debes primero reconocerlo.
No te sabotees.
Cambia el pensamiento y sustituye los negativos por positivos. Si te concentras en pensar que no podrás, efectivamente, te será más difícil. Repítete una y otra vez que todo fluirá sin complicaciones.
Practica frente a un espejo y graba tus discursos en video.
Esfuérzate en hacerlo mejor cada vez y compara tus avances.
Aprende a respirar y relajarte.
Lo mejor antes de empezar a hablar, es alcanzar un estado de calma y relajación. Para ello nada mejor que aprender técnicas para controlar la respiración.
Si por la naturaleza de tu trabajo o tus actividades regulares, es necesario que hables en público muy seguido, apúntate a un curso de oratoria para aumentar tu confianza y habilidades.
Y tú, ¿odias hablar en público?