Para que nuestro organismo funcione bien es necesario que se encuentre hidratado. Una pérdida de apenas el 2% de líquido en el cuerpo ya es considerado como deshidratación y puede manifestarse en:
- Sed
- Boca seca o pegajosa
- Orina amarilla oscura
- Resequedad en la piel
- Calambres musculares
- Dolor de cabeza
Como vamos perdiendo líquido a través del sudor, la orina, las deposiciones e incluso la respiración, necesitamos reponerlo constantemente. Además del agua simple, algunos alimentos contribuyen a esa labor. Si tú eres de los que no se sienten muy atraídos por la idea de beber varios litros de agua al día, incluye en tu dieta frutas y verduras ricas en agua como:
Berenjena:
Es 95% agua y contiene nasunin, un potente antioxidante que protege las células cerebrales del daño de los radicales libres.
Tomate:
El 94% de su composición es agua y es rico en minerales que ayudan en la reconstitución de los electrolitos que perdemos al sudar.
Lechuga:
Compuesta en un 95% por agua, es además rica en potasio y pobre en sodio lo que ayuda evitar la retención de líquidos y a eliminar el ácido úrico.
Pepino:
Es 96% agua, contiene más nutrientes que el agua simple y ayuda a eliminar toxinas.