Las investigaciones sobre el tema son contundentes: existe una relación real entre el sueño escaso y/o de mala calidad, y la propensión a ganar peso. Se sabe que esto se debe en parte a que la falta de un descanso adecuado ocasiona un desequilibrio hormonal que altera el metabolismo. Concretamente, la falta de sueño estimula la producción degrelina, hormona encargada de regular el apetito, e inhibe la de leptina, responsable de la sensación de saciedad. De acuerdo a un trabajo publicado en American Journal of Epidemiology, las mujeres que duermen 5 horas o menos, son 32% más propensas a ganar peso.

Los estudios también han encontrado que la falta de sueño aumenta el deseo de consumir alimentos ricos en grasa, para buscar más energía para sobrellevar el día. Esto, independientemente de si los problemas de sueño se relacionan con dificultad para conciliarlo o para mantenerlo. O sea, en pocas palabras, si tus patrones de sueño están alterados, te será más difícil perder peso y más fácil ganarlo. Por ello, te recomendamos estos 3 tips para adelgazar mientras duermes.

Queso cottage antes de dormir

Además de ser bajo en calorías, es rico en caseína, proteína de lenta digestión, que mantendrá activo tu metabolismo durante la noche, ayudándote a quemar grasa y no músculo. Además, es rico en triptófano, un aminoácido que ayuda a regular la ansiedad, el estrés y el insomnio.

Ejercicio todos los días

Está comprobado que las personas que se ejercitan con regularidad, tienen menos problemas para conciliar el sueño y se despiertan menos por la noche. Además, el ejercicio estimula nuestro metabolismo y lo mantiene activo por más tiempo. Eso sí, es importante que realices las rutinas por la mañana o la tarde para no llegar a la cama con demasiada energía.

Horario fijo

En promedio un ciclo completo de sueño dura 90 minutos y necesitamos alrededor de 5 cada noche para obtener un descanso óptimo. Esto se traduce en 7.5 horas. Dependiendo de la hora en la que tengas que levantarte, cuenta para atrás ese tiempo y ve a la cama siempre a esa hora. Por ejemplo, si debes despertar a las 7, acuéstate a las 23:30.