¡No falla! Sale el tema de la próxima boda y todas las cabezas se voltean hacia ti. Tú ya estabas paralizado antes de eso, esa palabra produce ese efecto en ti, ¡parálisis total!. Estás contando los segundos que pasan antes de que alguien empiece con lo mismo de siempre; tu estado civil y el maravilloso evento que se avecina. Es … algo así como si te faltara un riñón y hubiera aparecido un donante … así te miran y así te hablan.

Con lo bien que estabas tú sin tu riñón y ahora toca aguantar la campaña «para salvarte». No puedes dormir pensando en esa mesa de solteros (alguno incluso ya lo has probado). Pues ¿sabías que puede ser peor? … ¡Puedes ser el único soltero de la boda!

¿A qué nos enfrentamos?

Hay tres grupos peligrosos, si quieres escapar de todos ellos solo te queda la mesa presidencial, es decir, pegarte a los novios, que dicen que ese día no se enteran de nada.

  • Grupo A: Aquí se incluyen las generaciones anteriores a la tuya. Te acribillan con tres comentarios; «¿ Y tú para cuando ?», «Se te va a pasar el arroz» y «¡De bodas salen bodas!, ¿eh?¿eh?» (estos no se han enterado de que eres un caso aislado y mejor así).
  • Grupo B: Tu generación. Se divide en dos posturas; quienes te miran con cara de pena agarrando a su pareja (esos están muy recientitos) y los que te arrean una palmadita en la espalda a la vez que te gritan «¡Pero que suerte tienes cabrón!» o «¡ Mirad, la más lista de todas!».
  • Grupo C: Generación bastante por debajo de la tuya. Es esa generación que tiene una mesa con sillas pequeñas reservada solo para ellos y te miran amenazantes como diciendo: «Ni se te ocurra acoplarte en nuestra mesa fracasado». Si, lo que te faltaba … ¡encima a comer macarrones!.

Opciones: Escabullirte o acudir al evento. 

Estrategia de evitación

Suelta algo así: «¿Os acordáis de Jorgen? (Darika si eres hombre), sí aquél danés que conocí en el aeropuerto (dicen que son terriblemente guapos). La mala suerte que ese día nos cae en mitad del viaje que hemos organizado, quince días en Las Maldivas, lástima pero nos hace mucha ilusión y ya lo tenemos todo organizado… no sé, si eso lo miro, ¿vosotros que haríais?». Y ahí es donde tú disfrutas de sus caras.

Estrategia de afrontamiento

Si eres de los que disfruta con los deportes de riesgo o se trata de la boda de tu mejor amigo, con 24 horas para mentalizarte ¡arreglado!

Baila, habla por los codos, prepárate un repertorio de frases para contentar a los tocabolas (por ejemplo; «¿La misma persona para toda la vida? ¡No se si me aguantará!, ¿tú como lo haces?«) y pide que te entreguen el ramo simbólicamente y no ante lanzamiento público. ¡Prueba superada y sigue mariposeando hasta el infinito y más allá!.