Cuando te enamoras y piensas que has encontrado a una persona a la que darías todo, lo ideal es que sea una hipérbole. Y es que hay cosas que no debemos compartir ni con nuestros seres más queridos. Bien dice aquel cruel refrán que todo se pega, menos la hermosura, así que si disminuimos los riesgos, mejor. Hay ciertos artículos que deben ser exclusivamente de uso personal y no debes prestárselos ni a tu pareja. Cada quien sus bichos.
Cepillo de dientes
En las cerdas hay microorganismos de tu saliva, la sangre y suero que salieron de la encía que te cepillaste, más los miles que encuentran un ambiente ideal en la humedad de tu baño. Al dejar que alguien más lo use, le invitas a llevarse algunos de ellos y a pagar el favor. Un intercambio poco recomendable ya que tu organismo tendrá que crear anticuerpos para estos nuevos inquilinos. No pasa nada por usar el dedo como cepillo una noche. Si la situación es de vida o muerte, entonces primero hay que hervirlo.
Toalla
De acuerdo a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, secarte con la toalla de alguien más te expone a enfermedades como la conjuntivitis y la gonorrea. Mucho más sí aún continúa húmeda. También son un sitio consentido de los hongos y bacterias que causan infecciones de la piel. De hecho, no debes compartirla mucho ni contigo mismo. Lo ideal es que la laves con agua caliente cada 3 o 4 días y que diario la pongas a secar completamente, de preferencia al aire libre.
Cortaúñas y navajas
Cualquier objeto de cuidado personal que pueda herir la piel no debe compartirse a menos que antes sea esterilizado, ya que pueden quedar restos de sangre en él. Usarlos sin limpiar nos expone a virus como el de la hepatitis B. Por ello es importante que acudas a un salón de belleza en el que tengan muy buenas medidas de higiene con tijeras, pinzas e instrumentos de manicura.
Maquillaje
Aunque las esponjas y brochas no se quedan atrás, los más peligrosos son el labial y los artículos para los ojos (delineador, mascara y sombras). Compartirlos te expone a herpes labial y conjuntivitis. Y por supuesto, olvídate de los que están en los probadores de tiendas departamentales. En esos se han encontrado bacterias como estafilococo o E.coli.
Audífonos
Si mueres de ganas por enseñarle a alguien una canción, prefiere los altavoces. Compartir los audífonos, especialmente los intrauriculares, te expone a estafilococos, ácaros y otros microorganismos. Los estudios demuestran que la humedad y oscuridad que se produce en nuestras orejas cuando usamos audífonos, las vuelve un buen hábitat para la reproducción de estos seres. Tienen más bacterias quienes los usan con mayor regularidad.