No es un líder religioso ni el nombre científico de la patata. Es un estudio que deben hacerse periódicamente todas las mujeres a partir de los 21 años. Técnicamente se le conoce como citología vaginal y es una buena herramienta para la detección temprana de ciertas enfermedades. Revisemos algunas preguntas y respuestas:
¿Por qué se llama así?
Su peculiar nombre proviene del apellido del médico griego que desarrolló la prueba. Se llamaba Georgios N. Papanikolaou.
¿Para qué sirve?
Para buscar células anormales en el cuello uterino que con el tiempo podrían derivar en cáncer del cuello uterino. La idea es detectar los problemas tempranamente para tratarlos antes de que se desarrolle la enfermedad.
¿Cada cuánto tengo que hacérmelo?
La recomendación es que el primero sea tres años después de haber comenzado tu vida sexual o cuando cumplas 21 años. Lo que suceda primero. De los 21 a los 29 una prueba cada 3 años y de los 30 a los 65 puede ser cada 5 años siempre y cuando también te hagas la prueba del virus del papiloma humano (VPH)
¿Cómo es el procedimiento?
En el consultorio de tu ginecólogo te darán una bata y te pedirán que te acuestes en una camilla con estribos. El médico introducirá un instrumento llamado especulo que le sirve para mantener abierta la vagina y poder ver el cuello uterino. Después usará una espátula para obtener una muestra que enviará a analizar a un laboratorio.
¿Es doloroso?
Generalmente no. Es posible que sientas una pequeña molestia cuando tu médico tome la muestra y que experimentes calambres durante las siguientes horas pero nada más.
¿Por qué debo practicármelo?
Porque puede salvar tu vida. Si son detectados en sus etapas iniciales, la mayoría de los casos de cáncer cervical pueden curarse.
Recuerda que tu salud es tu responsabilidad y si no te cuidas, nadie lo hará por ti. Y tú, ¿te has hecho un Papanicolaou?