El verano está a la vuelta de la esquina y ya se siente el calor típico de la temporada. Cuando no se toman las medidas necesarias, las temperaturas elevadas pueden ocasionar problemas serios de salud aún en periodos muy cortos de tiempo. Si vives en un sitio muy caluroso o tienes pensado vacacionar en algún lugar que lo sea, es importante que tomes en cuenta algunas precauciones para evitar:

La deshidratación.

Es la pérdida excesiva de agua y sales minerales. Se da por falta de líquidos en el cuerpo debido a una baja ingesta o a una elevada eliminación. Para evitarla, bebe líquidos constantemente durante el día, preferentemente agua. Las bebidas deportivas o sueros con electrolitos, pueden contribuir a la hidratación de tu cuerpo. Limita el consumo de bebidas con cafeína o azúcar y también el de laxantes y/o diuréticos.

La insolación.

Ocurre cuando el cuerpo no puede regular su temperatura. En los días húmedos y calurosos, la evaporación del sudor se hace más lenta. Cuando el sudor no es suficiente o se pierde la capacidad de sudar, la temperatura corporal puede subir a más de 40ºC en 10 minutos. Algunos de los síntomas son: enrojecimiento de la piel, pulso acelerado, dolor de cabeza, mareo y confusión. Si estás con alguien y llegase a presentarlos, es importante enfriarlo (con lo que se tenga a la mano, incluso a manguerazos) y conseguir atención médica de inmediato.

El agotamiento por calor.

Es un padecimiento más leve que puede desarrollarse luego de varios días de exposición a temperaturas elevadas y una hidratación incorrecta. Algunos síntomas pueden ser: exceso de sudoración, mareo, desmayos, palidez y vómitos. Para prevenirlo lo ideal es evitar realizar ejercicio físico intenso durante las horas de más calor (preferir el amanecer o la noche) y utilizar ropa fresca y ligera al estar al aire libre así como portar una gorra o sombrero.

Los calambres por calor.

Calambres musculares intensos pero breves que afectan a los músculos de piernas, brazos y abdomen y ocurren generalmente después (o durante), la práctica de algún tipo de ejercicio vigoroso. Los niños son especialmente propensos a padecerlos. Un nivel bajo de sal en los músculos puede ser una causa de estas dolencias. Si se padece uno, es importante interrumpir toda actividad física durante unas horas y beber líquidos en abundancia para reponer el agua y minerales perdidos.

Te dejo Hot, Hot Hot!!! de The Cure… ¡¡Un temazo!!