Verano, la temporada de la sandía, esa dulce fruta que se antoja a mordidas en una tarde de verano. Además de ser refrescante, ofrece muchos beneficios para la salud, por ejemplo, ayuda a aumentar los niveles de energía, también a limpiar riñones y vejiga, y a reducir los daños ocasionados por el sol en la piel. Por si fuera poco, también es una gran aliada de la sexualidad masculina. ¡¡Todo son pros!! ¿Quién quiere una?
El compuesto que aporta el color rojo característico a la sandía se llama licopeno. Este fitoquímico es un poderoso antioxidante que ayuda a proteger a las células y según sugieren algunas investigaciones, ayuda a reducir el riesgo de desarrollar cáncer de próstata.
Además, la sandía es rica en un aminoácido llamado citrulina. Una vez en el organismo, la citrulina se sintetiza en arginina, compuesto que dilata los vasos sanguíneos, ayudando a mejorar la circulación de la sangre a diversos órganos como el corazón, la piel y los genitales. La ingesta diaria de 5 gramos de arginina ayuda a mejorar la función sexual en hombres que padecen disfunción eréctil. ¿Quién se apunta? Pero además de la pulpa y la corteza, que es donde se encuentra la citrina en mayores cantidades, las pepitas de la sandía también son muy nutritivas ya que son fuente de magnesio, manganeso y cinc.
Para aprovechar los minerales de las pepitas puedes remojarlas en agua salada, secarlas bien, extenderlas en una charola rociada con aceite de oliva y meterlas al horno. Eso sí, es difícil digerirlas por lo que no debes consumir más de un puñado a la semana. ¡¡Se aprovecha todo de la sandía!! ¿Qué más quieres?
Y a ti, ¿te gusta la sandía?