En los medios se anuncian infinidad de productos para combatirla. Lo más probable es que conozcamos a alguien que la padezca. Es molesta ya que provoca comezón y vergüenza al que la padece, que tiene que estar en alerta constante para sacudir su ropa…
La caspa es la presencia de escamas blanquecinas en la piel cabelluda. Se produce por la presencia de sebo en el cuero cabelludo y de un hongo llamado malassezia globosa. Estrés, ansiedad, mala nutrición y predisposición genética, son factores importantes en el desarrollo de la caspa.
Según la Fundación Mexicana para la Dermatología, el 20% de los habitantes del país padece caspa. Se manifiesta con la misma frecuencia en hombres y mujeres y normalmente comienza en la pubertad. Diferentes estudios la asocian con la actividad hormonal pues aparece con más frecuencia en las edades en que se presenta mayor actividad de las glándulas sebáceas. Las estadísticas muestran también que es más común en el invierno. Existen varios tipos de caspa siendo los más comunes la seca y la grasa, esta última puede incluso provocar alopecia si no se trata a tiempo.
Tratamiento
Lo ideal en caso de presentar caspa es acudir con un dermatólogo. En el mercado existen muchos productos de libre venta indicados para el tratamiento, siendo los champús los más comunes. Para aumentar la eficacia de los tratamientos, es recomendado alternar el uso de productos con diferentes ingredientes activos, dejar que actúen durante algunos minutos, masajear con las yemas de los dedos (nunca con las uñas) y enjuagarlos perfectamente.
Incluir en la dieta alimentos ricos en zinc (nueces, ostras, garbanzos) también puede ayudar a mejorar.
Algunos mitos rodean a la caspa por lo que es importante saber que NO es contagiosa aún cuando se compartan artículos como cepillos o peines.