Si bien una adicción digital es distinta a la de una sustancia, sigue siendo una adicción. El manual que utilizan los psiquiatras, el DSM-V (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), no la incluye ni reconoce aunque el debate sigue de actualidad. Cualquier comportamiento que genere placer puede volverse una adicción y precisamente esto es lo que pasa cuando te haces dependiente a una conducta que se adueña de ti, te quita la libertad, te aísla de la gente que quieres, de tus pasiones y de tu proyecto de vida. Llega a tal grado que si no pueden desarrollar esta actividad puede incluso llegar a manifestar problemas fisiológicos como dolor de estómago, de cabeza, diarrea y/o pérdida del apetito.
Los medios digitales son muy numerosos y la mayoría no nos consideramos adictos. ¿Por qué asociamos la adicciones psicológicas a actividades específicas que aparecen en internet pero que también están en la vida real como los videojuegos, juegos de póker, la pornografía o la compra de servicios virtuales sexuales como el camming?. Porque este tipo de adicciones son parecidas a las de la vida real, crean dependencia a esta práctica, aislamiento social y pérdida del control. Algo que aún hace más peligrosas las adicciones a través de los medios digitales es su disponibilidad absoluta, provocando que en aquellas adicciones que impliquen un gasto económico el ludópata pierda toda noción de que el dinero que está jugando es real, con la probabilidad de que se arruine antes. La mayoría de estas adicciones ya existían antes de la era digital, el ludópata que iba al casino o apostaba ilegalmente ahora tiene la oportunidad de hacerlo en línea pero con una variedad mayor de juegos.
Tanto la adicción al porno como al camming ya existían, el adicto al camming de hoy iba a los table dance donde a cambio de dinero se iban quitando la ropa, ahora desde su casa y conectándose a internet les pide que desnuden a través de una cámara. Antes disponía de los servicios de este tipo de mujeres en los locales cercanos y ahora accede a mayor variedad, incluso algunos servicios podrían llegar a ser ilegales.
Es un fragmento de mi libro Detox Emocional.