¿Alguna vez has caminado dormido?
¿Te has llevado un susto brutal una noche por encontrar a un familiar andando mientras está durmiendo?
¿Qué es el sonambulismo?
Las personas podemos levantarnos y lucir como si estuviéramos despiertas aún cuando realmente no lo estamos. Acciones como caminar, mover cosas, ir al baño, vestirnos o quitarnos la ropa así como bajar o subir escaleras e incluso conducir un vehículo, se pueden realizar aunque estemos dormidos. Por lo general los episodios son breves (menos de 10 minutos), pero pueden extenderse y durar más de media hora. Usualmente la persona tiene la capacidad de volver sola a la cama aunque puede acostarse en un lugar diferente. Algunas características de un sonámbulo:
- Su expresión facial es ausente
- No suelen recordar el episodio de sonambulismo al despertar
- Rara vez muestran comportamiento agresivo cuando se les despierta
- En ocasiones abren los ojos
Aunque es más común que afecte a los niños, un alto porcentaje de los adultos también lo padece. Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Stanford y publicado en Neurology, concluye que al menos un millón de estadounidenses vive algún grado de sonambulismo. De entre ellos, los más propensos son los que padecen depresión y toman flouoxetina (Prozac) para tratarla.
Incluido dentro de las parasomnias (un tipo de trastornos del sueño), el sonambulismo está rodeado de algunos mitos:
- No debe despertarse a un sonámbulo
- Los sonámbulos no se lastiman
Ambas creencias son erróneas. Cuando se despierta a un sonámbulo, fuera de algunos minutos de confusión y/o desorientación, no hay consecuencias graves. Así mismo, las personas que andan dormidas, son propensas a padecer accidentes ya que pueden llegar a tropezarse o perder el equilibrio.
Salvo en algunas ocasiones en que se indica un fármaco tranquilizante, los sonámbulos no necesitan un tratamiento específico. Muchas veces los episodios son aislados y están relacionados con exceso de estrés o ansiedad.