Para ellos, el transporte público en horas pico o un concierto, son el paraíso. Entre más gente congregada, mejor. Así es más fácil conseguir su objetivo y salir impunes ya sea huyendo o alegando un accidente provocado por la aglomeración. Son froters que disfrutan con el coloquialmente llamado arrimón.

El frotismo es una parafilia en la que la excitación sexual o  el placer se alcanzan por tocar a otra persona sin su consentimiento. El contacto puede ser con los genitales o las manos. El término proviene del francés frotter que significa frotar. Junto al voyerismo y el exhibicionismo, puede considerarse un trastorno parafílico cuando involucra a otras personas en un acto no consensuado. En algunos lugares puede ser considerado una agresión sexual que alcanza el estatus de delito.

Existen comunidades virtuales de frotistas que comparten sus experiencias y quedan en algunos lugares públicos para tener un encuentro de este tipo. Generalmente utilizan un accesorio o prenda distintivo para reconocerse (por ejemplo un lazo en la muñeca de un color determinado) y su relación rara vez va más allá del momento del roce.

Antiguamente el término frottage se utilizaba como sinónimo de frotismo o froteurismo, como también se le conoce. Sin embargo hoy en día frottage se usa principalmente para referirse al acto sexual consensuado en el que hay roce físico. A esto también se le conoce como petting.