Es vital que sepas mantener el Status Quo, que consiste en identificar lo que quiere el tóxico de ti y no dárselo bajo ningún concepto, en el momento en que se lo das, se rompe ese equilibrio y la toxicidad tiene vía libre. ¿Qué hacer si se llega a ese punto de no retorno? Si es posible llegar a un «acuerdo», ¡siempre mejor!; «Me estás tocando las narices tóxico», «OK, me retiro, víctima».
Ahora bien, si no es posible, no te lleves a engaño, «Sí. Es personal» (Que nadie te convenza de lo contrario) y ya, es cuestión de defensa propia. No tengas remordimientos ni miramientos en quitártelo de en medio de forma radical por muy íntimo que sea el círculo que ha invadido. Se trata de tu integridad física y emocional.
Es un fragmento de mi libro Detox Emocional.