Te dice: «Vamos a darnos un tiempo». Y se te queda cara de póker…¿tiempo?, ¿tiempo muerto?, ¿buen tiempo?, ¿mal tiempo? Y sientes un resquemor en la espalda, así como de puñalada trapera. De repente te acuerdas del período de prueba que tuviste que pasar en tu trabajo.
Te preguntas qué significa «tomarnos un tiempo«… ¿ Que no sabe lo que quiere, tiene dudas y las va a aclarar?… ¿Que quiere dejar la relación pero no se atreve a decirlo directamente?. Efectivamente, esas son las dos posibilidades más frecuentes. Ambas te sientan muy mal, que te dejen en plan «voy a por tabaco y ahora vuelvo» o que tu pareja no este completamente segura de que tú eres lo mejor que le ha pasado.
No necesariamente significa el fin de la relación
Si no hay problemas y de repente tu pareja te suelta esta bomba, es normal que tengas la sensación de que te has perdido algo y se te enciendan todas las luces de alarma. Pero en una pareja donde las cosas no van bien o hay problemas, separarse un tiempo para aclarar dudas o sentimientos y tomar una decisión sobre si continuar o terminar la relación, es una medida habitual y razonable que incluso se toma de manera conjunta. Se busca enfocar los problemas desde fuera de la relación, con otra perspectiva. Quieres a esa persona pero no eres del todo feliz y quieres saber qué ocurre y cuales son tus sentimientos cuando no estás junto a ella. Os queréis pero cada vez que intentáis solucionar los problemas solo peleáis y la relación se deteriora. Tomarse tiempo y/o acudir a terapia de pareja son dos medidas habituales en estas situaciones.
Si te han pedido tiempo, hay que dar tiempo. Es mejor que tu pareja tenga las cosas claras y terminéis si no es así que estar rogando a alguien que no sabe lo que quiere o no quiere estar contigo. Aprovéchalo tú también para calibrar tus sentimientos y comportamiento con tu pareja. Si la cosa prospera, ese tiempo fuera, hace que se valore más a la pareja por ambas partes y por tanto puede ser muy positivo para la relación.
Y tú, ¿alguna vez te tomaste un tiempo?