Hace un mes te diste cuenta que esa falda que adoras ya no te cierra. Decidiste modificar tus hábitos alimenticios y comenzar a cuidarte más. Abandonaste la comida chatarra, los postres, los refrescos y el alcohol, pero no ves resultados. ¿Qué estás haciendo mal? Responde sinceramente a estas preguntas y tal vez encuentres dónde está el fallo:
¿Estás durmiendo bien?
La falta de sueño estimula la producción de grelina, hormona encargada de regular el apetito e inhibe la de leptina, responsable de la sensación de saciedad. De acuerdo a un estudio publicado en American Journal of Epidemiology, las mujeres que duermen 5 horas o menos, son 32% más propensas a ganar peso.
¿Bebes suficiente agua?
Además de obtener todos los beneficios de la hidratación, recientes investigaciones han encontrado que beber un vaso con agua antes de comer, así como incluir alimentos ricos en agua (frutas y verduras), ayuda a incrementar la sensación de saciedad. Beber agua fresca puede ayudarte a acelerar el metabolismo y reducir el antojo de bebidas azucaradas.
¿Estas excluyendo un grupo alimenticio?
A pesar de la famosa frase que lo afirma, los carbohidratos no son los enemigos. Dejarlos fuera de tu dieta, solo hará que aumente el deseo por consumirlos y que padezcas deficiencia nutricional. Prefiere los granos enteros y vigila las porciones, eso es mejor que apartarlos por completo de tu vida.
¿Abusas de los alimentos saludables?
Sí, es mejor preferir la grasa que proviene del aceite de oliva, las nueces o el aguacate, sin embargo, eso no quiere decir que los puedas consumir libremente. Estos alimentos contienen calorías y si no vigilas su ingesta, es probable que recibas de más.
¿Estás consumiendo suficientes vegetales?
Todos debemos consumir diariamente entre 5 y 7 porciones de vegetales y las personas que intentan perder peso, con mayor razón. Las verduras proporcionan una gran cantidad de nutrientes con pocas calorías y además son ricas en fibra lo que ayuda a la sensación de saciedad y las deposiciones.
Recuerda que la mejor forma de perder peso sanamente es con asesoría de un nutriólogo. No dudes en acudir con uno.
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