En esta viña del señor hay de todo. Desde los que prefieren el sexo sobre unas impecables sábanas de 500 hilos de algodón egipcio, hasta los que disfrutan haciéndolo encima de una paellera llena de arroz. Sí, para algunos el juego erótico lleva  espaguetis, crema batida o pintura corporal.

Fetichismo WAM (Wet And Messy o sea, húmedo y sucio), es una parafilia en la que la persona se excita cuando se vierten sustancias sobre el cuerpo, la cara o la ropa. Es tan popular que en cualquier sex shop hay todo tipo de productos para embarrarse y en cualquier destino turístico de playa hay un bar con un concurso de camisetas mojadas. Caras vemos, aficiones no sabemos.

A finales de los años 80, en Inglaterra salió a la venta una revista erótica llamada Splosh!, que se dedicaba principalmente al fetichismo WAM. La razón del título es que esa palabra hace referencia al sonido de una salpicadura. Desde entonces, el término sploshing se utiliza coloquialmente para llamar al juego erótico del arte de embadurnar y ser embadurnado.

En diferentes ciudades del mundo se organizan fiestas de sploshing (Sploshing Parties). Alimentos de diversos sabores, texturas y temperaturas, acaban en el cuerpo de los asistentes que disfrutan embarrándose unos a otros. Existen también cientos de comunidades online que agrupan los fanáticos de esta práctica, que intercambian métodos y recetas en los foros.

El fetichismo WAM no incluye fluidos corporales como la orina, las heces o el vómito. Como el resto de las parafilias, puede considerarse algo negativo cuando produce un daño a terceros, a nosotros mismos o tiene un carácter desmesurado u obsesivo.

Si decides experimentar con el sploshing, toma en cuenta que hay muchas sustancias que alteran el pH de la vagina, lo que aumenta el riesgo de padecer una infección. Además hay alimentos y productos que pueden ocasionar irritación si entran en contacto con los genitales. Por ello, lo mejor es siempre evitar dicha área.

Y tú, ¿te apuntas al sploshing?