Algunos problemas de pareja, si no se evitan o solucionan, pueden acabar con nuestra relación. Como siempre, la base para tener mayor probabilidad de que esto no ocurra es una buena comunicación de pareja, esa es la llave para evitar o solucionar conflictos. Dejar claras nuestras posturas sobre determinados temas evitará futuros malentendidos o decepciones.
No hablamos de actitudes personales, como ser más o menos egoísta o de problemas como el maltrato, infidelidad o adicciones cuyos efectos en una relación son siempre negativos. Se trata de elementos normales en una relación que pueden crear situaciones críticas y que si no se saben manejar pueden dar al traste con la relación.
Áreas con mayor riesgo de conflictos en la pareja:
- Dinero: Este es uno de los temas que si se deja en manos de lo que espera el uno del otro y no se habla antes claramente, puede llegar a ser causa de resentimiento y conflictos graves. Imprescindible sentar las bases a priori.
- Sexo: Las insatisfacciones en el plano sexual son una causa importante de ruptura pero además, es una de las áreas que primero se ven afectadas negativamente cuando hay problemas en la pareja.
- Familia: Dejar que las familias políticas organicen la vida de la pareja, opinen sobre todo lo que se les ocurra y no respeten vuestra intimidad es camino al conflicto garantizado.
- Hijos: Además del cuidado no compartido, la falta de consenso o complicidad a la hora de educar a los hijos, puede traer cola. Si surgen problemas y no se está unido en este frente, afecta no solo a la relación, también a los hijos.
- Trabajo: Al principio no suele haber problema pero después se producen cambios en la vida de la pareja (como los hijos) que pueden afectar a este terreno, sobre todo si siempre cede o renuncia el mismo miembro de la pareja o si no se comparte esa faceta.
Recuerda, el mayor aliado es la comunicación. Tomar papel y lápiz y dar un repaso a vuestras posturas en esos temas cuanto antes.