Cuando te acuestas con una persona, lo haces también con todos aquellos que han pasado por su cama y con esos que pasaron por la cama de aquellos y así sucesivamente. Digamos que si tu fantasía son las orgías, échale solo un poco de imaginación que no estás muy lejos. Al tener sexo sin protección, estás jugando un volado que tienes muchas posibilidades de perder.
El condón es hasta el día de hoy, el método más efectivo para prevenir embarazos no deseados y la propagación de infecciones de transmisión sexual. Eso lo convierte en gran aliado de una sexualidad responsable. Por si fuera poco, científicos del Hospital Friendship en Beijing, China, han encontrado que su uso también ayuda a la proliferación de las bacterias «buenas» de la vagina.
Los investigadores chinos formularon su teoría tras realizar un pequeño estudio con 164 mujeres casadas de entre 18 y 45 años. Para planificar su familia, 72 de ellas recurrían al preservativo, 57 al dispositivo intrauterino y 35 al método del ritmo (abstenerse durante la ovulación). Aquellas que preferían el condón, presentaban mayor población de lactobacilos en la vagina.
La actividad sexual suele desbalancear el ecosistema de la vagina ya que el semen (pH de 7.0 a 8.0) es mucho más alcalino que los fluidos vaginales (pH de 4.5, similar a la acidez del jugo de tomate o la cerveza). Los lactobacilos producen ácido láctico y peróxido de hidrógeno. Niveles sanos de estas sustancias, ayudan a prevenir infecciones por hongos y vaginitis bacteriana que puede desembocar en infertilidad.
Así que ya lo sabes, además de las protección, el condón también te ayuda a cuidar tu jardín.
Y tú, ¿exiges el uso del condón durante el sexo?