La escena es más o menos así:
Estás en la cama pero no puedes dormir. Ves sombras amenazantes en todas las paredes y cualquier ruido, por mínimo que sea, te pone los nervios de punta y eriza hasta el último vello de tu cuerpo. ¿La razón? No soportas la oscuridad. Tal vez te suceda desde la infancia o alguna situación reciente lo haya disparado pero lo cierto es que para poder conciliar el sueño necesitas dejar prendida la televisión o alguna luz tenue en la habitación…
Para que el temor a la oscuridad puede diagnosticarse como una fobia (llamada Escotofobia) debe prevalecer por más de 6 meses. La ausencia de luz no es lo que se teme si no los peligros que pueden relacionarse con ella. Es muy común entre los niños pero también entre los adultos.
Resultados de una encuesta realizada en Warwick, Inglaterra, a más de 3000 adultos, indican que alrededor del 10% de la población teme a la oscuridad o a los cuartos sin luz, desde la infancia. Para el 12% de ellos, la fobia les ha causado problemas al grado de haber intentado tratarla con hipnosis o terapia.
Investigadores del Laboratorio del Sueño y la Depresión de la Universidad de Reyerson en Canadá, encontraron que el miedo a la oscuridad puede ser también un factor que influya en el desarrollo de insomnio. La conclusión a la que llegaron es que dicho miedo puede contribuir a la excitación de la persona y dificultar su capacidad para conciliar el sueño.
Si eres adulto y temes a la oscuridad, puedes seguir estos tips, (en todo caso es recomendable que acudas con un especialista que pueda guiarte):
- Busca la razón de tu miedo: tal vez de pequeño viviste una experiencia traumática en un lugar oscuro o asocias la luz con el momento en que mamá llegaba a consolarte después de una pesadilla. Revisa tu pasado para que puedas entender mejor las causas y concentrarte en ellas.
- Aprende técnicas de relajación: la meditación o diversas técnicas de respiración, pueden ayudarte a relajarte si te sientes ansioso en los lugares sin luz.
- Prepara el ambiente para ir a la cama: los noticieros, las cintas de terror, los programas televisivos de misterio o la literatura de suspenso, pueden exaltarte y contribuir a ese miedo. Elige música relajante y toma una infusión para que llegues a la cama más calmado.