Razones por las que una relación sexual no funciona como deberían hay muchas, que digo muchas… ¡¡Muchísimas!! Y, ¡OJO! porque esta es una parte tan importante en las relaciones de pareja que si esto falla… ¡Todo se puede venir abajo! Así que aprendamos un poco más sobre ellas para disfrutar al máximo y evitar el desastre. 

Lo que está claro de todo esto es que son cosas que hablar con tu pareja, la comunicación es clave para que una relación funcione pero la mayoría, por miedo a hacer daño o que sepan que tenemos algún problema no confesamos nuestros deseos más íntimos o nuestras preocupaciones más profundas.  La serie de “El juego de las llaves” es la excusa perfecta para abrir una
puerta real a la comunicación íntima con tu pareja. Desde este 16 de agosto ya puedes disfrutar de ella en PantaYa. ¿Te atreves a jugar? 

Los problemas físicos: cómo impactan en la sexualidad

En las relaciones sexuales hay muchos aspectos que pueden fallar. El proceso de sentir deseo, excitarse, disfrutar y llegar a un orgasmo, es mucho más complejo de lo que pensamos. El cuerpo humano establece prioridades, y el instinto de supervivencia es el más importante. Lo primero que la gran mayoría de nosotros buscamos es sobrevivir, estar a salvo. Una vez satisfecho este instinto, surge el deseo sexual o instinto de reproducción, aunque no es tan fuerte como el de supervivencia. Si nuestra salud tiene un problema, nuestro cuerpo establece prioridades, y una de las primeras cosas de las que prescinde es el sexo. Por eso es tan importante escuchar a nuestro cuerpo; no lo ignores. Cuando hay un problema en el desempeño sexual, lo primero que debemos considerar es que nuestro cuerpo nos está avisando de que podemos tener un problema de salud, físico o mental.

Cómo afecta la falta de salud en nuestra sexualidad.

El simple hecho de no estar bien alimentado hacer que el propio cuerpo establezca prioridades y guarde las pocas energías que tiene para mantener sus funciones vitales.  

Otras veces, un problema de salud nos puede ocasionar falta de deseo o de sensibilidad, incluso disfunción eréctil. Tratar la enfermedad y controlarla, en caso de que sea crónica, solucionará el problema si necesidad de tratamiento específico para la disfunción eréctil. Por el contrario, si se trata de tapar el síntoma con fármacos, el problema puede volverse más grave. Un ejemplo claro es la diabetes; uno de los síntomas que aparecen al principio es la disfunción eréctil, es como un aviso que manda nuestro cuerpo de que algo no funciona correctamente. Desgraciadamente hay jóvenes que si en vez de ir a comprar una píldora para la disfunción eréctil, hubieran ido al doctor, hubieran evitado problemas más graves como la ceguera. La próxima vez que tu pareja o tu tengan un problema de erección, antes de tomar cualquier cosa, acudan con un médico. 

Hay otras veces que los fármacos que tomamos para tratar enfermedades pueden tener efectos secundarios en nuestra sexualidad como disminuir el apetito sexual, retardar la eyaculación o causar disfunción eréctil. Lo que debes de tener en cuenta es que no todos causan ese efecto secundario. Si desde que empezaste a tomar un fármaco comenzaste a padecer un problema sexual, no te resignes a no disfrutar plenamente de tu sexualidad. Coméntaselo al médico, un simple cambio puede hacer la diferencia.

Otros medicamentos como los oncológicos utilizados para tratar el cáncer), pueden producir agotamiento o sequedad vaginal excesiva, en cuyo caso aplicar un lubricante puede ser suficiente. 

Te dejo un listado de fármacos que pueden impactar en nuestro desempeño sexual:

  • Sedantes
  • Antidepresivos
  • Medicamentos para tratar la hipertensión
  • Medicamentos para tratar el colesterol
  • Medicamentos para tratar los problemas de hiperplasia benigna de próstata
  • Algunas quimioterapias.

Trastornos psicológicos que pueden impactar en nuestra sexualidad

Más allá de tener un problema mental, hay aspectos del día a día que pueden impactar de forma muy negativa en la relación de pareja y en nuestra sexualidad. Muchas veces, sin saberlo, padecemos ansiedad o estrés y esto afecta nuestra relación. 

Nuestro cuerpo interpreta muchas situaciones como amenazantes o de peligro (como el miedo a no poder abarcar todo lo que se nos pide en el trabajo o un disgusto mientras conduces). Nuestro organismo reacciona disminuyendo el instinto de reproducción y, definitivamente, causando problemas en nuestra sexualidad. Esto nos puede ocurrir a todos, y habría que tomarlo como una señal: nuestro cuerpo nos avisa que algo anda mal o que existe un problema. Es increíble la cantidad de parejas con problemas en sus relaciones sexuales que con una simple semana de vacaciones, sin estrés ni presiones, resucitan la pasión. 

Hay otros padecimientos psicológicos más severos, como la depresión, los trastornos bipolares o las fobias, que pueden afectar de forma muy negativa nuestras relaciones sexuales. La falta de deseo de quien padece depresión puede ser interpretada por la pareja como un rechazo, una falta de atracción física. También existe gente que tiene fobia al sexo, a los genitales incluso a los fluidos corporales. La gran mayoría de las fobias tienen relación con nieles excesivamente altos de ansiedad: una fobia es un miedo desproporcionado a algo. El temor nos puede hacer más precavidos, pero la fobia nos paraliza. Es lógico que tengamos miedo a que nos contagien una enfermedad, pero si nos obsesionamos, ese miedo va a aumentar y a descontrolarse hasta el punto de impedirnos llevar una vida normal.  En cualquier caso, todos estas fobias son padecimientos psicológicos y deben ser tratados no sólo por un sexólogo, sino también por un psicólogo o psiquiatra.