Desde que el hombre es hombre, los sueños han sido sujeto de estudio. Esa facultad que tiene nuestro cerebro de crear representaciones mentales cada noche ha intrigado a la humanidad desde siempre ya que tienen una peculiaridad: se experimentan como muy reales.

Los expertos aseguran que pasamos soñando más de dos horas cada día. No todos los sueños tienen coherencia o sentido ni podemos recordarlos todos. Hay los que despiertan sin memoria alguna de lo que soñaron y hay los que pueden recrear a la perfección algunas de esas ensoñaciones. Lo cierto es que a veces tenemos sueños tan hermosos que quisiéramos no despertar jamás y en otras ocasiones son tan desagradables que nos hacen despertar del susto. Estos últimos, las pesadillas, son mucho más comunes de lo que nos gustaría.

Las investigaciones sugieren que más del 85% de los adultos experimentan ocasionalmente una pesadilla, entre el 8 y el 29% por lo menos una vez al mes y entre el 2 y el 6% una vez a la semana. Generalmente tienen lugar durante el último tercio de la noche, cuando nuestro sueño REM (MOR en español por las siglas de movimientos oculares rápidos) es más fuerte. No deben confundirse con los terrores nocturnos que es un trastorno del sueño que suele ocurrir durante la frase no REM (la más superficial del sueño) y que se experimentan con mucha mayor intensidad.

Algunas pesadillas pueden tener una causa definida, por ejemplodespués de una situación traumática y hay otras que no tienen un origen aparente y se desconoce por qué surgen. Situacionesestresantesimpactantes o que generen ansiedad, también puede desencadenar un sueño perturbador. Los antidepresivos y barbitúricosque alteran los niveles de los neurotransmisores también pueden predisponernos a experimentarlas. Otras causas comunes:

  • Comer antes de ir a la cama
  • Fiebre alta
  • Abusar del alcohol u otras drogas
  • Suspender abruptamente algunos fármacos
  • Enfermedades como la depresión o la esquizofrenia

Algunos estudios han concluido que también las personas muy creativas y con una gran imaginación pueden tenerlas con mayor regularidad.

Cuando un sueño inquietante nos obliga a despertar atemorizados a medianoche, puede ser muy difícil volver a conciliar el sueño con rapidez. Los expertos recomiendan practicar con ejercicios de respiración para poder relajarnos y si no lo conseguimos, levantarnos de la cama y dar algunos pasos para disminuir la ansiedad.

Solo el 5% de los adultos padecen algún problema clínico relacionado con las pesadillas ya que estas alteran su vida de forma regular o les impiden alcanzar un sueño reparador cada noche. En estos casos lo ideal es acudir a una clínica del sueño para que un especialista realice un diagnóstico e indique cuál es el tratamiento ideal.

Si para ti no representan mayor problema pero te molesta tener pesadillas, puedes intentar:

  • Hacer más ejercicio para que al llegar la noche puedas conciliar el sueño con mayor facilidad y este sea reparador.
  • Dejar el tabaco y el alcohol ya que son estimulantes del sistema nervioso.

¿Cuál ha sido tu peor pesadilla?