Perdonar y olvidar es bueno. Sea cual sea la ofensa, cuando queremos a alguien, vale la pena perdonar y a veces incluso no hacemos un gran esfuerzo, tenemos claro que la otra persona lo siente y hacemos borrón y cuenta nueva, sin reproches. Pero no vale perdonar de cualquier manera, así sin más, sin pedir cuentas o aclarar lo sucedido antes de perdonar. Y mucho menos hacerlo una y otra vez.

El psicólogo James McNulty, investigador de la Universidad de Florida, estudió las causas del éxito o fracaso de pareja. Uno de los resultados que obtuvo es que «el perdón y el olvido en el matrimonio pueden serbeneficiosos a corto plazo, pero a la larga son perjudicialesporque no se resolverán los conflictos de pareja» y esto, hará que los pequeños problemas se transformen en una pesada carga para la pareja. Es como poner una tirita en una herida sin desinfectar.

¿Qué consecuencias negativas tiene el perdón sin «discusión»?

No saber dónde está el límite

El perdón sistemático no se relaciona con una mayor felicidad de pareja, al contrario. La pareja pierde los límites de hasta donde se puede llegar, no hay consecuencias y se pueden desvalorizar cosas tan importantes como el ofender, perdonar y que nos perdonen.

No se solucionan los problemas

Cuando hay un conflicto en pareja hay que identificar el problema y resolverlo, no basta con perdonar. Si uno de los miembros de la pareja hace o dice algo que ofenda al otro, y está en sus manos resolver el conflicto creado, será más beneficioso para ambos censurar esa actitud y no perdonar hasta que se solucione, si quieren ser felices a largo plazo.Comunicación y resolución de problemas son claves.

Y recuerda, perdonar no es permitir el abuso, estar de acuerdo o negar lo sucedido. Eso no tiene ningún beneficio ni para uno mismo, ni para la pareja.