Aunque a quien pasa por la experiencia de romper su relación de pareja pueda no parecerle así en ese momento, los estudios sobre esta cuestión confirman que el final de una relación antes de casarse es menos traumático que un divorcio siempre.
Las estadísticas de divorcios crecen. Casi un 20,2% de las parejas casadas se divorció en 2016 en España y en México un 18,7%. Con estos datos que según parece van en aumento, ¿no es importante plantearse el peligro de ignorar las crisis de pareja durante el noviazgo o pensar que se arreglarán cuando se formalice la relación?
Aunque el tópico es que nosotras lloramos y nos hundimos y ellos no dicen ni pío y suelen practicar el «la mancha de mora con otra se quita», lo cierto es que ambos sufrimos, PERO, los diferentes estudios indican que las mujeres llevan mejor las rupturas y que somos quienes tomamos la iniciativa a la hora de romper, aunque a veces pasamos meses o años pensando en ello antes de hacerlo.
La decisión no suele ser mutua, casi siempre la inicia un miembro de la pareja y ese es quien menos sufrirá emocionalmente, el otro tiene que aceptar el final de una relación que quería continuar y percibe la situación como rechazo y con falta de control. El divorcio resulta beneficioso psicológicamente para un miembro de la pareja y no para ambos en la mayoría de los casos.
Ya sabes, la próxima vez que no te sientas bien con tu relación y creas que un mayor compromiso es lo que necesitáis … piensa si no sería mejor dejarlo ahora.