Tienes tu pareja. Aparece otra persona. Atracción. Tentación. Consumación. Estrés, ¡mucho estrés! Eres incapaz de renunciar a ninguna de las dos, sientes cosas por ambas, ¡pero ya no sabes exactamente el qué! ¿Amor?… ¿Pasión?…¿Costumbre?.. ¿Puro sexo?…¡ Bienvenido al Sinvivir del Triángulo Amoroso! No sé si será mejor o peor que el de las Bermudas pero que es un juego peligroso, ¡seguro!.

El sufrimiento que suele acompañar a esta situación tiene varios orígenes:

  • Evitación: Si tenías problemas de pareja y optaste por no afrontarlos, esto solo sirve para empeorar la situación. Siempre.
  • Culpa: Acabas pensando en el miembro del triángulo que no está por remordimientos de conciencia.
  • Estrés; Llevar una doble vida produce un desgaste físico y emocional considerable (mentiras, salir a escondidas por si os ven y miedo a que suene el celular o dejar pistas, por ejemplo).
  • Soledad y arrepentimiento; Muchas veces acaba así, pierdes a las dos personas.

Tips para no caer:

  • Interpreta la tentación como un síntoma: Algo no funciona en tu relación de pareja. Para, reflexiona y decide si solucionarlo o terminar definitivamente.
  • No inicies una relación antes de acabar la que tienes entre manos y mucho mejor si te das un tiempo para asimilar la ruptura.
  • Si necesitas adrenalina, mejor elige otro deporte de riesgo, el del amor prohibido tiene demasiado.
  • Si crees que será una aventura de una noche y se acabará, ¿tienes claro que la otra persona piensa lo mismo? Considera la posibilidad del enganche por una o ambas partes y sus consecuencias antes de dar el paso. Puedes acabar siendo presionado para hacer algo que no querías, terminar con tu pareja.
  • No bajar la guardia pensando «a mi no me puede pasar»; todos tenemos el riesgo de vivir esta situación.

Y piensa que se puede complicar más allá del triángulo, por ejemplo el cuadrado amoroso, así, según se vayan sumando participantes …¡pero mejor lo dejamos ahí!