Las estadísticas no mienten. Tres de cada cuatro mujeres padecerán una infección vaginal por lo menos una vez en su vida. Vulvovaginitis es el término genérico para referirse a diversos tipos de inflamación o infección de la vulva o vagina, que pueden ser ocasionados por bacterias, virus, hongos u otros parásitos. Factores ambientales, sustancias químicas en jabones o suavizantes de ropa así como algunas infecciones de transmisión sexual (ITS), también pueden ocasionarla. Los síntomas suelen incluir:

  • irritación y comezón en la zona genital
  • inflamación de los labios vaginales
  • secreciones anormales
  • mal olor
  • ardor al orinar o al insertar un tampón

La vulvovaginitis puede tener diversas causas, entre ellas:

Toallas sanitarias

Sobre todo aquellas que llevan capa de plástico que puede causar irritación por la fricción o dar pie a una alergia;

Tampones

Restos de fibras en las paredes vaginales por el uso excesivo de tampones;

Tratamientos antobióticos

Tratamientos prolongados con antibióticos que reducen el número de bacterias que viven en la vagina;

Vello púbico

Eliminación completa del vello púbico;

Higiene íntima

Debido a una mala higiene íntima, las bacterias fecales que llegan a la vagina por una limpieza deficiente.

Ropa interior

Si es sintética puede provocar problemas de transpiración.

Jabones

Uso de jabones o cualquier producto que altere el pH de la vagina.

Ante cualquier síntoma es importante consultar con el médico para que indique el tratamiento adecuado. La vulvovaginitis aumenta el riesgo de contraer VIH si no se controla a tiempo. El uso de condón durante el sexo evita la transmisión de muchas infecciones. También es necesario tener una buena higiene de la zona genital. Es importante siempre limpiarse de adelante hacia atrás para evitar que las bacterias del recto lleguen a la vagina.